El espacio público en las ciudades
- Giovanni Rosario
- 12 abr 2024
- 3 Min. de lectura
El espacio público es un tema de alta relevancia para las personas que habitan en las ciudades debido a que el desarrollo de éstas está relacionado con la construcción de edificios, plazas, viviendas, parques, entre otras obras que van ampliando los límites administrativos de las ciudades. Al no existir más espacio en el centro de una ciudad, las construcciones se van realizando en las zonas periféricas donde se pueden localizar enormes hectáreas de terrenos vacíos y a precios más económicos. Sin embargo, el espacio público no solo son pedazos de suelo a los que se puede acceder y modificar para el beneficio económico de algunas personas, tampoco son lugares por donde podemos transitar para llegar de un punto a otro. Al igual que muchas otras variables, el espacio público tiene un significado más importante para las personas que conviven diariamente con él, ya que forma parte de una vida cotidiana, de pautas de conducta, de relaciones sociales y culturales.
Para los habitantes de las ciudades los espacios públicos son áreas donde pueden expresar sus inquietudes, sus personalidades y sus interacciones con los demás. Para ejemplificar esto tomaremos la Alameda Central para explicar la relevancia del espacio público en los ciudadanos de la capital mexicana. La alameda es considerada la plaza más antigua del país y de América Latina, registros oficiales plantean su construcción en el año 1592 y fue planeada a partir de la imagen del jardín de Hércules, en Sevilla, España. A principios del siglo XX se construyó uno de los monumentos más importantes para la capital: el palacio de Bellas Artes, obra que se colocó dentro de la alameda, haciendo que está se volviera más vistosa y visitada.
Tanto el palacio de Bellas Artes como su plaza es uno de los lugares más concurridos de la capital. La plaza es un punto de referencia para miles de personas donde pueden encontrarse, donde cientos de personas se toman fotos para una graduación, bodas o simplemente recuerdos de la ciudad. Sus jardineras resultan bastante oportunas para descansar, platicar con las personas y disfrutar de un alimento.
Unos pasos más adelante nos encontramos con una escultura que conmemora a Beethoven, generando una pequeña glorieta con escalones y zonas para sentarse hechos de piedra. En este lugar podemos encontrar diversas expresiones culturales, como chavos haciendo competencias de rap, payasos rodeados de personas que estallan en risas por culta de su show y constantes tianguis de libros usados; incluso, podemos encontrar de vez en cuando predicadores cristianos con una bocina que maldicen a todo aquel que no se una a su visión de la vida.
Un poco más adelante, la alameda alberga otro de los monumentos más vistosos y visitados, me refiero al “Hemiciclo a Juárez”, una hermosa conmemoración al Benemérito de las Américas, el cual está construido con mármol de carrara y que constantemente está en mantenimiento. Este lugar también es uno de los lugares predilectos por sus habitantes para celebrar un momento importante de sus vidas, ya que brinda una imagen agradable y emblemática de la Ciudad de México.
Para concluir con la alameda, adentrándonos a sus espacios, encontramos diversas fuentes activas, en donde asisten las personas en los días calurosos para juguetear sobre sus aguas y pasar un rato ameno con sus seres queridos, a la vez, podemos escuchar música alegre y bailable resonar por el aire del lugar, ya que muchas personas se reúnen a un costado de las fuentes para realizar bailables, pero no solo es un grupo, la alameda es tan grande que podemos encontrar hasta 3 grupos de bailarines de distintos ritmos expresando su felicidad con los pies.
No podemos hablar de todo lo que alberga este lugar y de la importancia para quienes lo visitan constantemente. Lo que podemos decir es que es un espacio donde las personas pueden ser, pueden expresarse, pueden conocer y aprender, pueden descubrir y descubrirse a sí mismas. Aquí hay lucha social, hay resistencia, hay identidad y sobre todo arraigo a la ciudad. El espacio público no es un lugar más, frío y estéril donde se pueden construir viviendas inaccesibles para una mayoría, plazas comerciales con propietarios ajenos a la realidad o un edificio burocrático, gris y aburrido. El espacio público es donde nacemos como sociedad, lo que nos hace humanos y lo que nos hace ciudadanos.

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