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Elecciones 2024. Mucho aspirante poca propuesta

  • Mauricio Vargas
  • 11 abr 2024
  • 4 Min. de lectura

Con una población prima votante de 270 mil jóvenes y con un total de 2.6  millones de personas de entre 18-35 años edad en la Ciudad de México, la participación del segmento poblacional más joven que reside en la capital será fundamental en las próximas elecciones del 02 de junio. Serán ellos y ellas quienes decidirán qué  representantes locales y federales ocuparán un puesto de representación política. Estas cifras representan un 32% de los 7 millones de personas registradas en la lista nominal que reporta el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM). Aunque estas cifras sugieren una probabilidad alta de participación del sector más joven de la población en las próximas elecciones, la percepción que existe en la ciudadanía no podría ser más distinta.  


Como cada época electoral, los medios de comunicación dedican un espacio importante para el análisis del electorado joven para desagregar las posibles tendencias que ayuden a comprender cuales son las preocupaciones o problemáticas que consideran importantes de atender dentro de la agenda pública, y la probable vinculación de éstas con las propuestas que ofrecen las candidaturas. Si bien la población joven es heterogénea en su forma de percibir la realidad de la sociedad, y por tanto es difícil aglomerar en categorías. Lo que es seguro por parte de los medios de comunicación como de la misma comunidad, es que no hay cabida para sus preocupaciones dentro de la agenda política. Los jóvenes no se identifican con la política de los aspirantes actuales.


A nivel de redes sociales tampoco se percibe un clima de interés por la población de involucrarse con las propuestas que hasta el momento han hecho las y los candidatos. Un ejemplo de ello es cómo se han desenvuelto los aspirantes electorales por la gubernatura de la Ciudad de México. En el entendido de que apuntan a ocupar el poder ejecutivo de la capital, se esperaría que la inversión en tema de propaganda y marketing político tenga una repercusión mayor en la ciudadaníaen este caso del electorado joven que cualquier otra propuesta de algún otro aspirante que pueda ser votado, particularmente por el presupuesto aprobado por el IECM y que en teoría se destinará en recurso humano, material y tecnológico.


Las coaliciones “Sigamos Haciendo Historia en Ciudad de México”, “Va X La CDMX” y el partido Movimiento Ciudadano encabezadas por Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski, respectivamente, el pasado 17 de marzo participaron en un ejercicio organizado por el IECM que tuvo la intención de que expusieran sus propuestas concretas en materia de desarrollo humano y económico, política social y finanzas públicas. Dejando a un lado que no pudieron comunicar eficazmente qué y cómo implementarían sus propuestas en caso de ganar la elección, no hubo alguna intervención concreta donde vincularan estos temas con la situación que preocupa a gran parte de los jóvenes. Temas como salarios, acceso a vivienda, movilidad, seguridad social, políticas en materia de género, es decir, temas que tienen que ver con el futuro de la ciudad y en gran medida el país. Ninguna reflexión que involucre a la población que será el soporte económico y laboral de la ciudad en la próxima década.


Las propuestas estuvieron enfocadas mayoritariamente en temas relacionados con los programas sociales, el Metro, a la seguridad en la capital, en la educación básica, a la salud (en específico la situación de las medicinas). En ese sentido, resulta desalentador porque los adjetivos cada vez se van reduciendo para poder describir lo que pasa escuchar este tipo de iniciativas sabiendo que por cuestiones jurídicas, de tener una Constitución Política de la Ciudad de México que procura y garantiza los derechos humanos, no pueden ser propuestas actividades que por obligación tendrían que realizarse. Supongo que es necesario recordar que el Estado debe proveer educación, salud, seguridad, incluso movilidad como parte de las responsabilidades del gobierno. Para ello tenemos un sistema tributario que recauda impuestos, para destinarlo a cubrir las necesidades de la sociedad en general. No se debería proponer como solución  una actividad que por ley se debe de realizar.


Cuando se abordó el tema de desarrollo económico, espacio donde pudieron haber articulado propuestas reales, salieron a relucir temas como: apoyo a mipymes y emprendedores, programas de emprendimiento entre jóvenes e incubadoras de negocios. Mismo tipo de propuestas que se han repetido por distintos candidatos en anteriores periodos electorales. Lo que comunica este tipo de propuestas a la ciudadanía es que son incluidas como acciones de “cajón”, es decir, se integran dentro del programa de propuestas para llenar los requisitos de no dejar de lado ningún tema. Sin embargo, a ningún candidato se le ocurrió adentrarse un poco lo que representan  para la Población Económicamente Activa (PEA) las acciones que están proponiendo; ¿cómo cambiaría para mejor la situación actual de empleo o ingreso de las personas? ¿acaso todos los trabajadores deben autoemplearse, ser emprendedores o tener mipymes? 


No hace falta un análisis tan complejo para comprender la dificultad en la que el electorado se verá envuelto dentro de un par de meses para poder tomar una decisión consensuada de a quién votar. Es que la competencia entre los candidatos es tan pobre, ofrecen tan poco con sus propuestas, que incluso resultaría desvergonzado decantarse en este momento por una fórmula sin el remordimiento de saber que se está ejerciendo el derecho al voto porque es lo que se debe de hacer. Por lo anterior, ¿en verdad sorprende el desinterés de la juventud para involucrarse en la política? Desde hace mucho tiempo la política mexicana ha basado su estructura en pura retórica. Las promesas de campaña son reactivas a la situación del gobierno en turno y no desde el análisis de las problemáticas que están sucediendo. 


Está situación no puede continuar así. ¿Cuánto tiempo más tendrá que pasar para que la ciudadanía demande a los candidatos seriedad y responsabilidad en las agendas políticas? ¿Pero qué acaso no existe dentro de los cuadros de formación de los partidos gente que pueda colaborar con los candidatos e impulsar alternativas reales de solución mediante política pública para que tenga sentido lo que propuestas de los aspirantes? Estamos en pleno 2024 y se siguen planteando soluciones a problemáticas estructurales como si fuera la época de los 2000. 





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